MIEDO A VOLAR

46887269Este fin de semana, en un viaje exprés a Valencia, he tenido la suerte de recibir un regalo precioso de mi amigo y compañero Jose Silvestre. Ni más, ni menos, que la edición especial del 78 (Mundo actual de Ediciones, S.A.) de la novela “Miedo a volar” de Erica Jong. Y que Henry Miller vaticinó como “…..el libro que marcará un hito en la historia de la literatura. Gracias a él las mujeres alzarán su propia voz para romper el silencio de siglos y nos ofrecerán grandes sagas desbordantes de sexo y amor”

 

Evidentemente me ha llegado en el mejor momento, porque sinceramente, me asquea el fenómeno “sombras” y su próximo estreno en cine. Porque si ya el estilo literario era basura, no quiero ni pensar cómo será la película. Que por otro lado tendré que ver, porque claro, como soy Sexóloga -¡Cómo no voy a haber leído semejante libro, ni haber visto la película!… (Comentarios que recibo de vez en cuando). Por eso, ésta joya me llega como agua de Mayo, para poder recomendar otro tipo de literatura que estimule a sus lectoras a “volar”. Y no ha embelesarse con un perfecto ejemplar,el protagonista masculino, de lo que para mí representa «ese» hombre machista y vulgar de lo más repugnante.

 

Comparto aquí el “despegar” de éste magnífico libro. Un delicioso e incisivo fragmento del Don Juan, de Lord Byron.

 

¡Ay, el amor de las mujeres! Sabemos

que es algo encantador y algo temible.

Todo en esa suerte lo echan, y si pierden

nada la vida tiene ya que darles

excepto burlas del pasado.

Como el salto del tigre es su venganza:

mortal, rauda, aplastante. Su tortura

es tan real, que lo que ellas infligen lo sufren.

 

Tienen razón. El hombre es a menudo muy injusto con el hombre;

con las mujeres lo es siempre. Les une 

un único vínculo: sólo confían en la perfidia.

Enséñales a disimular. Sus corazones, rotos, desesperan

sobre su ídolo, hasta que una lujuria más ardiente

las compra en matrimonio…¿Y qué queda luego?

Un marido ingrato – un amanta infiel más tarde-

y después, vestidos, hijos, rezos… y se acabó todo.

 

Algunas toman un amante, otras se dan a la bebida o a las preces,

otras más cuidan de su casa, otras se disipan, 

algunas se fugan y no hacen más que cambiar de preocupaciones,

perdiendo las ventajas de una posición respetable.

Mas pocos son los cambios que pueden mejorar su suerte

al ser la suya una situación antinatural

desde el palacio aburrido al sucio tugurio.

Y las hay que optan por ser perversas y luego escriben una novela.

 

Así que…. ¡Alzad el vuelo mujeres!

Laura Cruz, Sexología Alicante

MIEDO A VOLAR
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