El próximo fin de semana, será uno de los que quedarán marcados en mi memoria histórica. Como mujer y como Sexóloga. Y es que el sábado 17 de Octubre, las féminas estadounidenses podrán ir a sus farmacias a comprar por fin, su nueva pastilla de mesita de noche, el tan mal llamado “Viagra Femenino”, comercializado bajo el nombre de Addyi.
Ya las estoy viendo salir corriendo de sus casas tipo “Wisteria Lane” decididas y resueltas a salvar sus matrimonios y parejas, con la nueva esperanza que una píldora de color de rosa, “como sus vidas”, las rescate de sus rutinarias y aburridas existencias.
En España de momento no verá la luz. Para que se venda en España el medicamento deberá pasar el filtro de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y de momento aún no le ha llegado la solicitud de comercialización.
Así pues éste será el siglo en el que asistiremos al lanzamiento de lo que algún@s se han atrevido a decir que es «el mayor avance en la salud sexual de la mujer desde la píldora anticonceptiva» (Sally Greenberg, The New York Times) o «avance para las mujeres» (Even the Score,Conjunto de organizaciones sobre salud sexual de la mujer). A mí por el contrario me asusta y me horroriza, pues me parece otra herramienta más para el control del cuerpo de la mujer. Otro engaño vendido como “logro feminista”. Todavía estoy esperando aquella píldora que saldría para que la tomasen los hombres…hace tantos años, que casi me suena a “rumor”…
Comenzaré haciendo una síntesis de lo que hasta ahora se sabe de éste nuevo medicamento, de manera muy resumida, para así poder escribir sobre lo que realmente me interesa de éste asunto: Sus implicaciones.
– La Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), la aprobó el pasado Agosto tras varios intentos anteriores fallidos, debido a su transcendencia y a la polémica surgida en torno a los efectos secundarios y demás debates entre los expertos.
– Está específicamente diseñada para tratar el Trastorno de deseo sexual hipoactivo (TDSH) en mujeres pre- menopáusicas. Aquí podéis leer más sobre ésta disfunción sexual:http://erosypsique.es/blog/laura/eros-%C2%BFd%C3%B3nde-te-escondes http://erosypsique.es/blog/laura/eros-%C2%BFd%C3%B3nde-te-escondes
– Se la compara con la famosa píldora azul, pero ya se ha dejado claro que no tiene absolutamente nada que ver, pues éste fármaco trata la disfunción eréctil, sin embargo, el deseo siempre estaría presente en los varones que la toman. Además el Addy deberá tomarse a diario, nada que ver con el Viagra.
– El compuesto activo del fármaco se llama flibanserina, y funciona con un mecanismo de acción agonista sobre los receptores 5-HT1A de la serotonina y una acción antagonista de los receptores 5-HT2A. Mecanismo similar al de diversos fármacos antidepresivos.
– Sólo será dispensado bajo receta médica y tras el diagnóstico del citado trastorno realizado por un médico especialista formado. Eso sí, previo cuestionario rellenado por la mujer, y advertida de los peligros de los efectos secundarios y del precio del medicamento, puesto que barato no va a ser…
– La eficacia que reportan los estudios realizados no es muy alta, tan sólo un 10% por ciento más de las mujeres tratadas con Addyi, demostraron mejorías en las relaciones sexuales satisfactorios o el deseo sexual, a diferencia de las pacientes tratadas con placebo.
– Tendrá efectos secundarios más graves que los del Viagra, y sobre todo NO se podrá mezclar con alcohol y con algunos fármacos importantes o de frecuente uso.
Y bueno, tras ésta exposición, me encuentro que no sé ni por dónde empezar para expresar todo aquello que me gustaría decir, pues ¡Me surgen demasiadas ideas y cuestiones!
Quizá lo primero que pensé cuando leí en Agosto ésta noticia fue: ¿Por qué? ¿Por qué las mujeres tenemos que sentir que debemos tomar una pastilla para aumentar nuestro deseo? ¿Para igualarlo al de quién? ¿En base a la medida del deseo de los hombres?
Se me ocurrió también que si Woody Allen volviese a filmar las escenas de “Annie Hall” en las que ambos miembros de una pareja, por separado, cuentan a su psicólogo la frecuencia de sus relaciones sexuales, cuando la protagonista dijese: “Lo hacemos tres veces a la semana, ¡muchísimo!”, ésta vez sería un médico el que estaría tras la mesa y le extendería una receta de Addyi, como remedio y solución a lo que en principio nadie dijo que fuese una dolencia, sino más bien una queja, por la discordancia entre la frecuencia con que su marido y ella desean mantener relaciones.
Todo esto me hace sospechar que volvemos al Modelo Médico y a la medicalización de la sexualidad, tan ampliamente criticada y analizada por Foucault en su momento. Esta vuelta sostiene su porqué en fines capitalistas e intereses económicos por parte de la industria farmacéutica. No quisiera ser “conspiranoica” pero en estos últimos años parte parece que hay un especial interés en que la medicina se encargue de situaciones naturales, como el hecho de que no estemos siempre dispuestos o disponibles para la amatoria. Hecho por otro lado,ni normal, ni anormal. Puesto que en sexualidad éste concepto estadístico de “normalidad” no debiera ser aplicable, ya que existen tantas sexualidades como personas. No tenemos que compararnos con las sexualidades de otros para medir la nuestra, puesto que es además un tema tan sensible y tabú, que casi nadie es sincero en sus respuestas, ni siquiera en cuestionarios y encuestas. La gente miente, porque contesta en función de lo que cree que los demás ven “normal”. Así que, ¿Cuál es la realidad? ¿Cuánto deben desear las mujeres? ¿Quién lo dice? Desde luego no puede ser un médico, ni un cura, ni tan siquiera un sexólogo el que diga cómo debe ser nuestra sexualidad. Pero muchísimo menos una empresa farmacéutica, pues sus objetivos están bien claros. Y si no, sólo tienen que fijarse en la cantidad de anuncios que dan cifras llamativas, presentan fenómenos naturales como problemas de salud y además promocionan síntomas de enfermedad puesto que es ilegal hacer publicidad de los fármacos con receta.
Y por último, ¿Se les va a preguntar a esas mujeres, a las que recetarán el Addyi, porqué les apetece poco mantener relaciones sexuales?Seguramente no halláramos la respuesta absoluta, pero si muchas pistas….se me ocurre una muy fácil: ¿Se sienten ellas deseadas?
Y para colmo de males, es que en ésta nuestra sociedad, existe un imperativo de ser “sexuales”. Que tampoco contribuye a fomentar que el deseo de aparezca con libertad.
Las hembras humanas, a diferencia del resto de seres vivos, no necesitamos del “estro” o “celo” para excitarnos, justamente porque desligamos nuestra sexualidad de los fines reproductivos. No dependemos únicamente de marcadores bio-fisológicos para que se desencadene un deseo espontáneo que provoque la búsqueda de actividad sexual. En el deseo femenino intervienen otros factores mucho más importantes y que tristemente son desconocidos por la mayoría, incluso por los profesionales, pues no está clara todavía la gran pregunta, que Freud formuló y nunca llegó a contestar: ¿Qué desean las mujeres? Y es que todavía hoy, no hay respuesta definitiva.
Han transcurrido unos 40 años desde que Helen S. Kaplan hablara del Deseo, y lo introdujera como un elemento esencial en la respuesta sexual humana. A diferencia de Masters y Johnson, cuya descripción de la respuesta sexual humana describe únicamente las fases genitales. Ella habló de interés sexual, así como de su ausencia. En su libro Trastornos del deseo sexual, nos habla del concepto trifásico de la sexualidad humana: Deseo, Excitación y Orgasmo (aunque la primera ruptura con el enfoque monista de los trastornos sexuales se debe al urólogo James Seaman). Esto supuso un avance en su momento, debido a que el fundamento de los tratamientos de las disfunciones sexuales debe descansar sobre la comprensión de la infraestructura de la respuesta sexual humana. Así pues a ella le debe mucho el campo de la Sexología. Sin embargo, es la Doctora Basson quién recientemente (2005) por fin se atreve a decir y a argumentar científicamente, que hombres y mujeres no nos ajustamos al mismo modelo de respuesta sexual. La respuesta masculina sigue el modelo sexual lineal con las fases de excitación, meseta, orgasmo y resolución. Y la respuesta femenina sigue un modelo cíclico en el que hay un feedback entre aspectos físicos, emocionales y cognitivos. Y es a estos aspectos a los que hay que prestar atención a la hora de asesorar a mujeres con un bajo deseo sexual, porque si esto falla, la “pastilla rosa” dudo mucho que llegue a funcionar.
Pero a la “Viagra femenina” tenemos que contextualizarla, en nuestra cultura, momento histórico y sociedad, porque ni si quiera es algo nuevo. Desde siempre el ser humano ha buscado algo “fuera de sí” que le proporcione placer y goce. En todas las épocas y civilizaciones se usaban sustancias para aumentar el apetito sexual y se les atribuía poderes afrodisiacos (en referencia a Afrodita, Diosa griega del amor). Sin embargo y según dijo Kaplan “No se ha encontrado ninguna sustancia química que pueda rivalizar con el efecto afrodisiaco que supone el estar enamorado” (1974).
Es por ello que pongo en duda los efectos afrodisiacos del Addyi, porque no sólo interviene en el deseo femenino la parte fisiológica y neuroendocrina, sino que la psicología femenina va a jugar un papel muy importante en el desencadenamiento del impulso del Eros. Y si tenemos en cuenta la historia y el continuo ejercicio de poder que desde el Sistema se abalanza sobre nuestros cuerpos y mentes, diciéndonos, cómo cuándo y dónde “debemos” sentir, desear, y expresar nuestra sexualidad, ya podemos hacernos una idea de cómo funciona nuestra psique femenina y nuestro comportamiento sexual.
La aparición de nuestro deseo no será otra cosa sino el resultado de la interacción de impulsos instintuales y fuerzas contrainstintuales. ¿Quién puede ganar ésta batalla? (Desde éste punto de vista dinámico, recomiendo leer a Karen Horney en relación a los aspectos de la psicología femenina, tema que se vio muy estimulado por las contradicciones que parecían darse entre sus observaciones clínicas y la famosa “teoría de la líbido” freudiana).
Para terminar decirles que quizá se han llevado la impresión que estoy en contra de esta nueva pastilla milagrosa, y la verdad, es que no debiera juzgar aquello que no he probado con ligereza. De hecho me encantaría que funcionase si con ello se solucionasen los problemas de cama entre hombres y mujeres. Veremos cómo va evolucionando y la respuesta por parte de aquellas que comenzarán en breve a tomarla. Ellas nos contarán, y desde luego, aquí estaremos para escucharlas y así poder ir valorando y hacer balance de los beneficios y riesgos del nuevo “Viagra rosa”.
En cualquier caso también afirmo que en ocasiones, y según los casos, es cierto que un tratamiento farmacológico y sexológico combinado, da mejores resultados que ambas terapias por separado. Siendo la Terapia Sexual en todos los casos, independientemente de las causas o el origen de una disfunción sexual, indispensable para tratar el problema.
En Eros y Psique disponemos de talleres para sexualidad femenina, así como de servicio de Asesoramiento y Terapia Sexual. Próximamente además queremos crear un pequeño grupo en Alicante, 5 o 6 chicas/mujeres a lo sumo, que estén interesadas por éstos temas y que les apetezca compartirlos en un ambiente ameno, divertido y relajado dónde podremos hablar de muchas cosas, aprender y compartir, sin ser nunca juzgadas. Si te interesa puedes ponerte en contacto en el siguiente enlace: http://erosypsique.es/content/formulario-de-contacto
Y para despedirme les dejo unas pequeñas recomendaciones:
– Debiéramos buscar más respuestas en la Filosofía y no tanto en afrodisiacos y pastillas.
– Intentar ser honestas con nosotras mismas y nuestros deseos.
– No dejar siempre nuestro placer en manos de “otros”.
– Educarnos Sexualmente.
Laura Cruz, Psicología y Sexología en Alicante
Diseño realizado por Sylvy Cat. Accede a su Portfolio: sylvycat.wix.com/portfolio
LA “NUEVA REVELACIÓN” ADDYI: EL FAMOSO “VIAGRA ROSA”(c) LAURA CRUZ GÓMEZ
BIBLIOGRAFÍA
Basson, R., Driscoll, M., & Correia, S. (2015). Flibanserin for Low Sexual Desire in Women: A Molecule From Bench to Bed? EBioMedicine Volume 2; 8, 772–773 doi:http://dx.doi.org/10.1016/j.ebiom.2015.08.009.
Gutiérrez Teira, B. (2010). La respuesta sexual humana. AMF 6 (10), 543-546.
MARCAS, O. E. (2007). Uso de flibanserina en el tratamiento de trastornos del deseo sexual. Número de publicación: 2 266 632.
Shapancer, N. (2013). ¿Qué desean las mujeres? Cultura 3.0, http://www.terceracultura.net/tc/?p=6603.
Algunas webs consultadas:
http://www.livescience.com/51938-addyi-fda-approval-skepticism.html
http://nymag.com/scienceofus/2015/08/addyis-alcohol-safety-was-tested-mostly-on-men.html
http://www.espatentes.com/pdf/2266632_t3.pdf
http://www.abc.es/sociedad/20150820/abci-viagra-femenina-espana-201508200954.html
Donde conseguirla
Hola Mary,
En Europa no está aprobada y no se comercializa. Ünicamente en Estados Unidos. Espero haberla ayudado. En cualquier caso, si lee el artículo se dará cuenta que el deseo no está mediado sólamente por aspectos biológicos, sin emocionales, psiclógicos, culturales, etc..Consulte con un/a experto/a en Sexología que le pueda orientar con más profundidad. Si lo desea puede contactar conmigo, por supuesto.
Un saludo,
Laura