Hace poco me entrevistaron para el primer número de la Revista Digital GALLINERO «Revista de Salud Millennial». Pero lo que en un principio iba a ser en un formato, finalmente fue re-convertido en un artículo perdiodístico con algunas de mis opiniones y la entrevista no llegó a salir. Tras hablar con Thais Peñalver, la periodista que me entrevistó, ambas llegamos a la conclusión que había que sacar a la luz ese trabajo, y bueno, aqui está….
Filias, parafilias y fobias relacionadas con el sexo
¿Crees que la sociedad nos ha hipersexualizado?
La sexualidad es un aspecto fundamental en la vida de las personas, nos acompaña desde que nacemos, hasta nuestra muerte. Forma parte de nuestra personalidad y la vivencia de la misma se va a desarrollar en base a la sociedad a la que pertenezcamos, puesto que ésta educa y socializa sexualmente a los individuos que la componen. Actualmente en occidente la visión de la sexualidad viene condicionada por la sociedad de consumo, y por eso se transmite a través de todos los agentes socializadores (medios de comunicación, comunidad educativa, cine y música, internet, familia, etc…) influenciada por ésta circunstancia, y por ello, algo de lo que servirse para “vender” o “comprar”. De ahí quizá la sensación de continua exposición a todo aquello relacionado con el “sexo”. Pero al contrario de lo que pueda parecer, yo no pienso que estemos hipersexualizados, más bien, lo contrario. Se está produciendo un efecto paradójico en éste sentido, puesto que esa imposición de búsqueda de relaciones sexuales constantes está mermando el deseo erótico de muchas personas, al sentirse en cierta manera “obligados” a ajustarse al patrón social que se está mostrando en los medios, y la obligación es mala compañía para la libido.
¿Esta hipersexualización provoca enfermedades o trastornos mentales que se derivan en físicos, como vaginismo, impotencia, etc.?
El origen de cualquier dificultad sexual suele ser complejo en ocasiones, puesto que median varios factores desencadenantes, biológicos, psicológicos, sociales, morales, etc… Entre los factores sociales, éste puede ser causante de dichos problemas, como los que mencionas, entre otros muchos, por ejemplo y ante todo, la ausencia de una buena educación sexual integral. En cualquier caso, yo personalmente y desde mi ámbito profesional, la Sexología, no me gusta etiquetar como trastornos mentales o físicos las “disfunciones sexuales”, de hecho, ni si quiera me gusta ésta categoría, pues viene definida por profesionales de la Salud mental como la APA (Asociación Psiquiátrica Americana) y en muchos casos, no cuentan con profesionales conocedores del “Hecho sexual humano”. Cualquier sexólogo/a se da cuenta de ello simplemente al revisar los cambios que se van haciendo en las revisiones de los manuales diagnósticos al uso.
¿Cuáles son estas enfermedades?
Son varias las dificultades sexuales que cualquiera de nosotros/as puede presentar o sentir en algún momento de su vida, y por lo tanto ver mermada su salud sexual, que apunto, de paso, no viene dada únicamente por la ausencia de disfunciones, sino que es más bien un estado de bienestar físico, mental y social relacionado con la sexualidad, como defiende la OMS. Pero respondiendo a tu pregunta te diré que en general vienen definidas dependiendo de en qué fase de la respuesta sexual esté encontrando obstáculos la persona aquejada. Pueden ser problemas de Disfunción eréctil, dolor en las relaciones, problemas en la fase de orgasmo, etc. Lo importante en realidad, es la satisfacción que sentimos en nuestras relaciones.
¿Cuáles son las más comunes? ¿En qué porcentaje se dan?
Pues desde mi experiencia profesional, actualmente lo que más estoy atendiendo yo son problemas de eyaculación precoz, anorgasmia, disfunción eréctil, deseo sexual inhibido y vaginismo… Los porcentajes varían según las investigaciones, pero en cualquier caso, las que yo menciono son los más comunes.
¿Y las más raras? ¿En qué porcentaje se dan?
Problemas con el orgasmo masculino, he tenido algún caso de eyaculación retardada, por ejemplo, pero éste se da con menor frecuencia, o sólo se consulta cuando se desea procrear. Porque como he dicho antes, lo importante es que la persona sienta satisfacción, y eso es independiente de si tenemos o no orgasmos, o de si eyaculamos intravaginalmente o no. Lo que prima, es el placer. Por cierto, que se solucionó con rapidez, jajaja. Al poco tiempo me llamaron para decirme que estaban embarazados, lo que me hizo muy feliz, la verdad.
¿Cuál es la diferencia entre parafilia y fetichismo?
En general la orientación del deseo erótico de las personas suele ser heterosexual, bisexual u homosexual, como bien sabes, sin embargo no es así para todo el mundo. Hay personas cuya orientación sexual se podría decir que es parafílica, es decir, lo que provoca su respuesta de atracción y excitación no es lo que la sociedad establece como “común”, y puede variar desde objetos inanimados, el dolor o la humillación, el sadismo, etc… Y por lo tanto la expresión de ese deseo vendrá condicionada en ocasiones por esto. De ahí que haya una gran variabilidad erótica (repertorio erótico) en el ser humano. Somos diversos sexualmente, lo cual es un hecho.
Por otro lado el fetichismo es considerado un tipo de parafília, en el que la persona se excita sexualmente con objetos no humanos.
¿Cuál de las dos está más aceptada por la sociedad? ¿Por qué?
Teniendo en cuenta que el fetichismo es un tipo de parafília, en realidad la pregunta no tiene mucho sentido, pero dentro del abanico de parafilias, se podría decir que el fetichismo es más aceptado puesto que no implica el sufrimiento, ni el sometimiento de otra persona, no es necesario el consentimiento de nadie como en el sadismo, o el vouyerismo. Además el fetichismo por ejemplo con los pies o los zapatos, puede ser considerado incluso como una sofisticación amatoria, de hecho en el cine ofrecen muchas veces esa “mirada”, con lo que al no ser tratado el tema desde el ángulo de la perversión, como pasa con otras parafilias, la actitud de la sociedad es menos beligerante al respecto.
¿Puedes ponernos ejemplos de parafilias?
Si, por supuesto. Ya he citado algunas, como el vouyerismo y el sadismo, pero también podemos hablar de exhibicionismo, masoquismo o la paidofilia. Y luego, claro está, cada uno de ellos tiene sus propias variantes, como la hipoxifilia o el bondage como formas de masoquismo.
¿Y ejemplos de fetichismos?
No soy muy amiga de las “etiquetas”, pero te diré algunos. El cohabitacionismo, donde el placer es provocado por maniquíes. El fetichismo travestista, conocido como travestismo. Y por supuesto el más conocido es el fetichismo con los zapatos. Recuerdo en una ocasión que se puso en contacto conmigo un varón que sólo podía excitarse a través del contacto con zapatos femeninos, lo que le estaba generando problemas, era una persona de fuera de la cuidad dónde atiendo, y al comentarle yo la dificultad para él de su desplazamiento, me contestó que no le importaba, que así aprovechaba para ver zapaterías nuevas, jejejeje……Seguro que tiene algunas “joyas”.
¿Cómo nacen esos fetiches y parafilias? (ej.: en qué momento te planteas chupar un pie para ver si te excita).
No es algo que te plantees, es algo que sucede, en algunas ocasiones por una historia de aprendizaje y asociación, Por ejemplo, imagina que alguien es “pillado” mientras se masturba, justo en el momento de orgasmar, podría asociar el placer sentido con la sensación de vergüenza, y quizá a raíz de ese suceso la idea de ser sorprendido le produzca una excitación mayor que con otro tipo de estimulación, pues ahí podría comenzar la historia de un exhibicionista. Hace unos años escribí un relato corto sobre esto, por si alguien estuviese interesado en leerlo puede encontrarlo en mi blog, lo titulé LAS TRIBULACIONES DE UN PEQUEÑO EXHIBICIONISTA . La ciencia a veces intenta explicar el porqué de esto, al igual que la homosexualidad, encontrar el origen, y son varias las teorías, hormonales, de personalidad, del desarrollo infantil, de ideas distorsionadas acerca del género, etc… pero ninguna que aporte una clara evidencia, así que yo vuelvo a remitirme al hecho de que somos diversos sexualmente.
¿En qué momento se convierte en el estímulo sexual y que sin la presencia de este no existe excitación?
Pues no sabría decirte, cada persona es única y por lo tanto la vivencia de su sexualidad también lo es. Lo que si es cierto es que si se llegase a sentir limitada una persona, en cuanto al repertorio de estímulos, y únicamente se excitase de determinada manera, esto empobrecería su erótica y ars amandi. Sentir placer sólo si comemos un determinado alimento, nos va a suponer problemas, y aunque no quiero que esto se interprete como algo simplista, en el que pueda parecer que comparo el placer sexual con el culinario, creo que puede ser ilustrativo como metáfora.
¿En qué momento se pasa de ser una parafilia o fetichismo a una enfermedad mental? ¿Cuál es la línea que los separa?
Pues es que de hecho hace ya tiempo que se está debatiendo éste tema entre profesionales, porque si no hay sufrimiento por parte de la persona que siente de ésta manera, y no coarta la libertad de nadie, ¿Por qué debería considerarse una enfermedad o trastorno? Es más bien una cuestión de “moralidad” mal entendida y desde luego con insuficiente evidencia científica. Una de las primeras cosas que aprendí en mi primer contacto con la Sexología, durante las prácticas de mi Licenciatura en Psicología, fue justamente esto. ¿Por qué tienen que ser perversiones o desviaciones? ¿Acaso no hay sadismo en otras esferas de nuestra vida? ¿Y obsesión con objetos de coleccionismo? ¿No está la sociedad enganchada al exhibicionismo y el vouyerismo en las redes sociales? La diferencia radica en que cuando de sexo hablamos, todo es observado y juzgado con otro rasero, con “doble moral”.
¿Cuál es la diferencia entre un gusto y un fetiche?
No entiendo muy bien ésta pregunta…..supongo que te refieres a la diferencia entre que “algo” te pueda suscitar en un momento dado atracción o provocarte placer, pero no estaría supeditado a ello, y con el fetiche sí.
¿Qué problemas sexuales son más frecuentes en la sociedad actual?
¿Sinceramente? Ninguno que vayamos a encontrar en los manuales diagnósticos. Para mí son la inseguridad sexual, las relaciones de abuso de poder dentro de las relaciones sentimentales, la homofobia, bifobia, y transfobia, el machismo, la tiranía de los modelos de belleza occidentales y consumistas, el incumplimiento por parte de los estados de los Derechos Sexuales, la prostitución y trata de mujeres y niños/as con fines de explotación sexual, la invisibilidad de la necesidad de piel de las personas con diversidad funcional, la incomunicación entre los sexos y la falta de empatía, la falta de responsabilidad desde los medios de comunicación con el modelo de sexualidad mostrado, la falta de implicación por parte de la comunidad sanitaria en la consecución de la salud sexual de sus ciudadanos, ¿o acaso cuando vamos al médico/a nos pregunta si estamos satisfechos con nuestra vida sexual?….esto sí que son problemas sexuales. Los que mantienen las dificultades de las que hemos hablado antes.
¿Cómo se puede normalizar esta situación?
Educación sexual integral y desde la infancia, entender la sexualidad como un valor humano, la búsqueda de libertad e igualdad entre los sexos, es decir, el Feminismo y el respeto y la tolerancia con todas las diversidades sexuales. Entre otras muchas cosas, por supuesto.
En ocasiones no apetece tener relaciones sexuales, ¿pero y si no es que no apetezca si no que no se tenga el estímulo sexual correcto?
Más que correcto, sería adecuado. Entonces no podría considerarse una disfunción, puesto que el problema no radica en la persona, sino en los estímulos que provocan o no ese deseo. De hecho es importante tener esto en cuenta a la hora de acertar con el diagnóstico y no generar problemas donde no los hay. Yo si tuviese como pareja a alguien que no me trata bien, que no se comunica conmigo, que no comparte las tareas y responsabilidades del hogar y aún encima no se lava, que quieres que te diga, pues que no me va “poner” en absoluto, jajaja.
¿Existen estadísticas para las parafilias o el fetichismo?
Sí que las hay, y en los manuales sexológicos podemos encontrar cifras y demás. Así como en bases de datos científicos e investigaciones, Sin embargo, no es algo que a mí me interese demasiado, puesto que como he expuesto, no considero las parafilias como perversiones, o desviaciones o enfermedad, intento ser cauta con esto, y ser coherente con el modelo de Sexualidad que yo contemplo. De hecho intento más bien, desdramatizar y restar sufrimiento a las personas que acuden a mi sintiéndose “a-normales” o desviados/as. La persona que sufre así lo que necesita es entenderlo e integrarlo con otra mirada.
¿Es más propenso en los hombres?
Cómo ves, y si repasáramos ahora las preguntas, volvemos a buscar números, cantidades, diferencias, etc…Lo que enlaza con lo que dije al principio, nuestra sociedad de consumo todo lo convierte en cuantificable, también el sexo. Yo soy más de sentimientos y emociones, que es como yo entiendo la sexualidad, y eso, no se puede medir, por más que lo intentemos. Así que ésta pregunta la dejo sin respuesta, puesto que la misma no conduciría nada más que al morbo, y no a la igualdad entre los sexos con la que yo sueño.
Fotos pertenecientes a fotogramas de las peliculas:
«El imperio de los sentidos» de Nagisa Oshima y «La venus de las Pieles» de Roman Polanski
Laura Cruz, Sexóloga Alicante