Como sabeís acudo a los Centros de educación Secundaria, donde además de impartir charlas sobre sexualidad, aprendo muchísimo también de la juventud. Os preguntareis porqué comienzo así un artículo sobre el día de los enamorados. Pues bien, resulta que entre otras anécdotas de la semana pasada, quizá la más significativa y la que menos me esperaba, es justamente sobre algo que comentó una de las alumnas, de unos 13 años de edad, y que generó debate y discusión en el aula. Desde entonces no paro de pensar en la relevancia de esos comentarios, y por eso quiero compartirlos aquí y que podáis opinar también qué os parece.
No recuerdo muy bien cómo surgió el tema, lo cierto es que hablando sobre “roles sexuales y de género” una chica que acababa de definirse como “asexual” (concepto muy difuso por otro lado) afirmó que le encantaba “50 Sombres de Grey”, que adoraba al protagonista, y la historia, y que le daba igual si eso era machismo porque a ella eso le gustaba, y porqué lo importante era que estaban enamorados.
Para quién no conozca el libro o la película deciros que la línea argumental es muy sencilla, hombre joven, blanco y rico, con las típicas características y marcados roles sociales de ”macho alfa”, es decir, líder, aventurero, frío y distante, decidido, etc… conquista a chica estudiante, “soñadora” y “atolondrada”, femenina, sensible, dulce y cariñosa, para involucrarla en una relación sado-masoquista. Y no hablamos sólo de la “erótica”, o del tipo de relaciones sexuales, que ahí no vamos a entrar hoy, sino de toda una “relación romántica” en la que el sufrimiento y la humillación marcan el pulso de su “amor”.
Pues bien, si tenemos en cuenta que éste es el “nuevo cine romántico”, junto a la saga “Crepúsculo” (of course), doy por hecho que estamos ante la versión más perversa, si cabe, de los cuentos de hadas de toda la vida. Sólo que ahora el príncipe es sustituido por un vampiro adolescente o cualquier “machito sádico emocional”. Vamos, los mismos de siempre sólo que disfrazados. Las princesas no, esas siguen igual, se ve que son tendencia a lo largo del tiempo, permitirme el chiste. A las mujeres se nos sigue representado igual. Y si no, ¿Qué diferencia hay entre “la Bella” y la protagonista de Crepúsculo? Ambas son las “raritas”, las más aisladas y tímidas, las más sensibles y comprensivas, y como no, las más guapas. O sea, carne de cañón. ¿Acaso no se enamoran ambas de un monstruo? De un “fantasma” diría yo.
¿Y qué pasa con todo esto? Pues pasa que todo lo que vemos, leemos, y escuchamos está influyendo en nuestro desarrollo como personas, en nuestra forma de pensar, percibir, y sentir el Amor, sobre todo cuando somos adolescentes. Y lo que se nos vende desde los medios de comunicación, Hollywood y demás “artefactos” del Sistema, van calando muy hondo en nuestra psique, y sin darnos cuenta las chicas nos sorprendemos esperando “su llamada”, cuando es evidente que no te va a llamar y que era una estrategia más, y muy bien aprendida, por cierto. Disculpando sus intromisiones y control sobre con quién hablo por whatssap, o qué me he puesto. Justificando sus celos y perdonando sus infidelidades. Y esperando, esperando, esperando….
¿Y los chicos qué? Pues ellos no son inmunes a todo esto tampoco, porque si nosotras “esperamos”, ellos se angustian. Se angustian porque tienen que llevar la iniciativa. Angustia por la presión social de ser los más “hombres”. Angustia por no poder contarle a nadie lo que siento. Angustia por perder la oportunidad, cuando la tenía, de haberme sabido expresar. Angustia por el rechazo. Angustia porque no lo sé todo sobre sexo y tengo que aparentar que sí. Angustia porque la tengo que proteger y cuidar. Angustia porque “esperan”.
Si, todas y todos esperamos ese cuento de hadas, ese amor romántico, cargado con tintes de “imposibilidad”, de misterio, de aventura, etc…porque así nos cuentan que es. Y el día de San Valentín deseamos que nos regalen “cosas” porque también nos han dicho que debe ser así. Y si no hay regalo, volvemos a sorprendernos enfadándonos con nuestra pareja o autocompadeciéndonos de nuestra mala suerte. San Tontín….se debería llamar.
¿Y en las relaciones homosexuales? Pues seguramente también tengan sus problemas de pareja, evidentemente, como todas, sin embargo, quizá estén más libres de las consecuencias de la llamada “Guerra de los sexos”, de esa falta de empatía con el “otro” y de la comprensión del “igual”. Eso sí, pagan su precio por ser valientes y enfrentarse a lo que “se espera”. Desgraciadamente, tienen que sufrir la mirada “homófoba” de aquellos/as que no entienden de amor, pero del de verdad.
Pero claro, ¿Qué entendemos por Amor? Es la primera pregunta que debiéramos hacernos y que os lanzo desde aquí para que reflexionéis…
Así que, antes de celebrar un día como hoy, plantéate si no preferirías celebrar el otro festejo, y con el que coincide el 14 de Febrero: El Día Europeo de la Salud Sexual.
Desde Eros Y Psique elegimos el segundo y os deseamos un ¡FELIZ DÍA DE LA SALUD SEXUAL!
Laura Cruz, Sexóloga Alicante